Poeta y hombre sobresaturado
Ramón Aníbal Mesa
Este es un libro escrito en español, claro que es obvio, pero resulta que es un libro de un extranjero, en este caso un extranjero haitiano que escribe en español. De manera que el idioma no ha representado un mayor problema para Marckenson al expresar sus sentimientos, sentimientos desde la realidad que lo rodea, en esta diáspora involuntaria, sus sentimientos de la patria que abandonó, solo temporalmente.
Podríamos decir que en este poemario se mezclan dos culturas o dos realidades a través de una misma experiencia vivencial: la del poeta que presenció el último fenómeno que afectó trágicamente a su tierra y a su gente; y la de la víctima, porque aún el que sobrevivió al terremoto del 12 de enero del 2010 en Haití, es una víctima.
Los talleres de la Fundación Literaria Aníbal Montaño, FLAM, fueron espacios donde Marckenson desarrolló su poética en español, desde la realidad que le circunda, incluyendo la urbe y el barrio; pero también desde la memoria que lo mantiene en permanente contacto con su cultura.
A nuestros espacios ingresó en el 2008, iniciando entonces la participación en la gestión y la animación cultural en la provincia San Cristóbal, donde ha participado en lecturas, en conferencias, y sobre todo en talleres que le han permitido enriquecer una particular visión de la lectura, de la escritura y de la cultura dominicana.
Ha participado en la conducción de programas radiales, bienales de cuentos, paneles, conferencias, certámenes literarios, así como de publicaciones. Y si bien es cierto que su poética está en proceso de madurez, no menos cierto es que la alcanzará, porque tiene la sensibilidad y el arrojo necesarios para lograrlo.
Actualmente Jean-Baptiste es estudiante de ingeniería del Instituto Especializado de Estudios Superiores Loyola, y también autor del proyecto “-H2O (Menos agua)” finalista del Premio ODEBRECHT, para el desarrollo sostenible, R.D., 2011.
En definitiva, el libro nos muestra al poeta como el hombre sobresaturado, inmerso en una avalancha de informaciones, culturas y pasiones; demandas laborales, demandas sociales, demandas de aceptación y rechazo del otro y su cultura.
Así que felicitamos al poeta Marckenson Jean-Baptiste, por su primera propuesta poética formal en español.
Jean- Batiste y Jacques Viau, dos poetas y una isla
Por: Joel Rivera.
Bienvenido a mi patria Jean- Baptiste
poeta de dos alas: la tuya y la mía.
Hay una isla con olor a sol y a esclavitud, con dos lenguas distintas pero una misma historia y un mismo calvario. De aquel lado está Toussaint, Dessalines y Boyer; de este lado Duarte, Sánchez y Mella. De aquel lado Duvalier, Namphy y Manigat; de este lado Santana, Lilís y Trujillo. De aquel lado Jacques Roumain y Jean-Fernand Brierre; de este lado Pedro Mir y Manuel del Cabral. De aquel lado Jean Price-Mar; de esta lado Juan Bosch. Pero de ambos lados, sin líneas divisoras ni fronteras, está Jacques Viau con sus versos y su fusil.
Jacques Viau Renaud fue un poeta haitiano quien en la guerra de abril de 1965 se unió a las fuerzas rebeldes, formando parte del comando B-3, para enfrentar las botas invasoras que derrocaron el gobierno constitucional del profesor Juan Bosch. Pero el 15 de junio del mismo año, en medio del fuego cruzado, un mortero lanzado por las tropas de ocupación le segó la vida, con apenas 23 años cumplidos. Jacques Viau no murió por Haití, su patria materna, ni cayó abatido defendiendo la parte española de la isla, su patria adoptiva; Jacques Viau murió por la libertad del hombre, libertad que en ese momento histórico la encarnaba la rebelión del pueblo dominicano: la libertad de una isla con olor a sol y esclavitud. El poeta no se inmola pensando en los laureles que trae la posteridad ante un sacrificio como este ni para que se develizara una estatua con su nombre, porque sabía de antemano que la sangre derramada en las revoluciones es asfalto de ingratitud y olvido: por eso en estos versos se pregunta:
“(…)¿Qué es el hombre combatido?
Nadie lo recuerda.
Lo visten los trapos.
Lo arrojaron en la parte trasera de la casa
y allí
con los residuos
un guiñapo se amontona.
Las llamas se extinguen.
Se arrinconan los hombres en una sola sombra,
en un solo silencio,
en un solo vocablo,
en un llanto solo
y cuando todo sea uno,
uno el llanto y el vocablo uno
no habrá paz sobre la tierra.
¿No habrá paz?
Y aquellos que dictaminaron el destino del hombre,
los que jamás contaron con los sumisos,
amasarán con sangre su propia podredumbre.
¡No habrá paz!
¡Llanto para quebrar el llanto,
muerte para matar la muerte!”
¿Por qué entonces enemistar a dos pueblos hermanos, siameses de la misma esclavitud, miseria y explotación? Como hijo de Duarte defiendo la sentencia 168-13, manzana de la discordia, creo que todo país soberano tiene el derecho de establecer las políticas migratorias que juzgue pertinentes. Sin embargo, el conflicto dominico-haitiano de estos últimos días va más allá de una simple sentencia, que como abogado que soy, además de palabreador, puedo decirles, que esta pieza jurídica mañana puede ser derogada por una ley, otra sentencia o desplazada por una jurisprudencia; porque las leyes establecidas en una sociedad determinada son coyunturales, no son eternas. El problema con el hermano Haití es, que después de ser la colonia más prospera de Francia, y donde se aplicó la más sangrienta esclavitud de las establecidas en el Caribe, hoy día este pueblo explotado y empobrecido por las grandes metrópolis se ha convertido en la vergüenza de sus tres máximos explotadores: Francia, Estados Unidos y Canadá, a tal punto que tras conversaciones soterradas lo han declararlo como país no viable. ¿Qué quiere entonces la comunidad internacional y un sector oscuro de la clase política haitiana? Que un pueblo como el nuestro, con las mismas desigualdades sociales, con los mismos barracones, las mismas cañadas, las mismas casas de hojalata y techos de cartón, los mismos niños callejeros, las mismas niñas prostitutas, la misma falta de oportunidad y ascenso social, la misma discriminación, el mismo desempleo, los mismos políticos corruptos y los mismos empresarios explotadores, carguemos en nuestros famélicos hombros a diez millones de hermanos haitianos que son muertos civiles en su propio territorio, sin documentos de identificación, sin esperanza, sin futuro. ¿Por qué Haití se ha convertido en una vergüenza para aquellos países que nos acusan de racistas y xenófobos? La repuesta a todas estas interrogantes la responde el poeta Jean- Baptiste en estos versos:
“Después de ordeñarla
durante más de dos siglos
-imposible de huir la leche-
la vaca no tiene más leche”
Al igual que su compañero caído, defendiendo nuestra bandera tricolor, Marckenson Jean- Baptiste ha hecho de esta patria su pedazo de suelo. ¿Qué fuerza mueve a este joven poeta a abandonar la lengua de Rimbaud, de Mallarmé, de Sartre, de Víctor Hugo y Simone de Beauvoir para escribir en el idioma de Cervantes? La misma fuerza que atrajo a esta parte de la isla a su compatriota Jacque Viau: la búsqueda de una tribuna y una lengua distinta para decirle al mundo que:
“Al otro lado del sol
La oscuridad consigue su libertad
Oscureciendo el llanto
Sofocando la voz
Carbonizando los sueños
(…) Al otro lado del sol
Sobreviven dos gemelas:
Nada y Nadie”.
Nada y Nadie, eso es Haití y R.D. para la comunidad internacional, no importa el orden de quien es Nada o quien es Nadie, porque “Ante el fuego somos negros todos”, dice el poeta. Eso somos, decía nuestro Francisco Domínguez Charro: “un pedazo de jungla flotante” “Une god, one aim, one destiny (Un dios, un objetivo, un destino), decía Marcus Garvey, “Nuestro color es nuestra patria/, digo yo, “préstame tu piel, poeta hermano, para cuajar mi sangre/déjame beber en tu pasado para encontrar mi nombre”
Marckenson Jean-Baptiste, al igual que Jacques Viau es un poeta social, “SOBRESATURADO” de impotencia y rebeldía vuelca en estos versos su desesperanza:
“Malditas lágrimas del cielo
que odia la sed de mi suelo deshidratado
donde las semillas al fondo
mueren en silencio
en las tripas de las hormigas
Una verdad roja que brilla a mi espada.
Malditas lágrimas del cielo
que siguen fluyendo sobre la cara del río
que nunca está triste: siempre está llorando.
No llores por las casas sin techos.
No llores por mis hermanos
que duermen con los ojos abiertos
sobre el lecho de la leche en polvo”.
A pesar de su juventud, y la audacia de escribir en un idioma en el que no domina por completo la sintaxis y su léxico es visiblemente reducido, no tengo la menor duda de que cuando saque del discurso poético la rabia enquistada en su juventud rebelde y se “aplatane” en nuestro idioma, será un gran poeta; pues domina las tres herramientas principales de este difícil arte de hacer versos: la sensibilidad, la intuición y la palabra. Una muestra de lo que le tiene reservado el parnaso literario a este joven rapsoda, es la calidad de estos versos:
“Mañana estaré de viaje;
no sé cuándo regresaré
si te pierdes te encontraré
en la puntuación del verso”.
Sé, también, que su discurso poético hubiera sido más rico si hubiese escrito este poemario en su lengua materna, pero escogió la nuestra, con la que decimos Dios, Patria y Libertad. Entonces, bienvenido a nuestra isla Jean- Baptiste, poeta del mundo, porque yo pregunto con la voz ahogada:
¿Quién dijo que existe una frontera?
si tu historia y mi historia se escribieron con el mismo abecedario
si tu sangre y mi sangre son gotas coaguladas sobre el mismo calvario
si tus tobillos y mis tobillos arrastraron las mismas cadenas.
¿Quién dijo que existe una frontera?
si tus mujeres y las mías parieron en las mismas cloacas
si tus hijos y los míos están unidos por el mismo cordón de la miseria
si somos cimarrones de la misma guerra.
¿Quién dijo que existe una frontera?
si tus hombros y mis hombros cargaron los mismos martirios
si tu espalda y mi espalda están talladas con las mismas torturas
si tú eres un Bozal sin esperanza y yo un Ladino sin bandera.
¿Quién dijo que existe una frontera?
si el Masacre lo pasamos con los mismos pies descalzos
si sangraron nuestras llagas por las mismas heridas
si resistimos las mordidas de las mismas sanguijuelas.
¿Quién dijo que existe una frontera?
si el sable que atravesó tu pecho atravesó mi alma
si la máscara que estranguló tu habla se tragó la mía
si tu amo era mi amo, si hicimos la misma travesía.
¿Quién dijo que existe una frontera?
si llegamos apilados en Le Ródeur,
si cantamos juntos “Tungan ma lambe lon” (En otros sitios no se conoce tu nombre)
si llevamos en el vientre la misma braza de candela.
¿Quién dijo que Aranjuez nos separó
que Basilea cambió el color de nuestras pieles
que el plomo de mi sangre no es tu sangre
que tu bemba ceniza no es mi bemba.
¿Quién dijo que existe una frontera?
si Ogou es mi Petró y Marimet mi Anaisa Pié
si mis luases imploran a tus luases
si mis muertos viven al lado de tus muertos.
¿Quién dijo que existe una frontera?
si tus huesos son mis huesos
si somos gemelos con la misma suerte
si somos siameses con la misma muerte.
Marckenson JEAN-BAPTISE: Poeta-escritor, traductor e ingeniero industrial. Es autor del proyecto “-H2O (Menos agua)” finalista del Premio ODEBRECHT, para el desarrollo sostenible, R.D. 2011; es miembro de la Fundación Literaria Aníbal Montaño Inc.; y voluntario en TECHO R.D. Fue Asistente de Exportaciones en una empresa exportadora de la Zona. Algunos artículos suyos han sido publicados en medios tradicionales y medios digitales:
· Aquel día. Periódico el folio del sur, año V, No. 87, San Cristóbal, R.D. 2010.
· Jacques Viau, en la primera línea de fuego en la Guerra de abril 1965. Ensayo, Revista Camino Real # 17, Fundación Juan Bosch, Santo Domingo, R.D. 2010.
· Bâtir Haïti sur le roc. Periódico Le Nouvelliste Puerto Príncipe, Haití, 9 Marzo 2012,http://www.lenouvelliste.com/article4.php?newsid=102885
Obra publicada:
· Orgasme de ma Voix. Libro de poesía, Editora Mediabyte R.D. 2013
Sobresaturado
A David Alexander Sena
Capturado en mi campo de caña
esclavo de mi botella de miel
buscando el sabor amargo de tus labios,
de tu pecho, de tu piel…
Como mi única camisa blanca
que me pongo al revés
para limpiar la suciedad
así te coloco
para esconder tu dulzura
¡Fracaso
de mayor grado!
En tu sangre, en tus huesos y en tu médula…
¡Me he vuelto loco!
Tienen hambre de ti, Hormigas celosas me caminan,
pero no tienen alas
esperan tu caída imposible
para endulzar la tierra insípida
Vivimos sobre una rama del cielo.
¡Qué me importa tu adiós!
¡Estoy ya sobresaturado
caminando borracho
sobre las nubes del amor!
Movimientos de mis palabras
Sepultadas.
¡No las sientes!
Aunque están sobre el mismo fuego,
hirviendo en la misma caldera
son agua los versos que vivo
y aceite los que escribo.
Al fin y al cabo,
vapor los dos.
Vapor mi vida
vapor mis intentos
de amarte aunque
siguen moviendo
las palabras sepultadas.
¡No las sientes!
en la noche
en el día
Se me escapó la paciencia
detrás de la caída del amor techado.
Encima de la magnitud de mis palabras telúricas
para vivir mis últimos versos:
¡Beso!, ¡abrazo!, ¡fuego!
y morir mi primer verso: ¡quemarnos¡
Al fin y al cabo somos humo los dos
¡No los sientes!
Humo mi vida,
humo mis intentos de amarte.
No más paciencia al escribir un verso
que tiene el apetito de tus labios.
Hay que vivirlo.
No más inspiración para un verso
igual a tus manos frescas
que hacen crecer
las plumas del cuerpo.
Al otro lado del sol
Al otro lado del sol
la oscuridad consigue su libertad
oscureciendo el llanto
sofocando la voz
carbonizando los sueños.
¡Estoy llamando auxilio!
Sólo me llega la palabra
despacio con espacio:
a
u
x
i
l
i
o
Después de quitarme el oxígeno,
algunos te ofrecen un brazo o los dos,
otros una pierna o las dos,
los demás te regalan un ojo o los dos,
ya te vas con tu maleta repleta de
madres de padres de hijos de sueños
Al otro lado del sol
sobreviven dos gemelas:
Nada y Nadie.
La ceniza envenena a los gusanos
que quieren ser mariposas.
La harina de la primavera
amasada con el néctar ...
produce este pan amargo
matador de hambre al otro lado del sol
La abeja no halla néctar
con sangre produce la miel
Al otro lado del sol
sólo quedan los huesos y el polvo
El hombre anda detrás de su sombra
o delante de su sombra;
tiene miedo de su sombra
lucha contra su sombra
se acostumbra a su sombra
ama a sus sombra
El tiempo rompe el reloj
El medio día clona la noche
los bomberos traen
gasolina y fósforos en la mano derecha
extintor en la mano izquierda
El cazador dispara en los arboles
cae el polvo de las balas
las hojas,
luego las ramas
La soledad de la calle asfaltada
de pingüinos
pintada de silencio
pregunta por los descalzos
El más astuto camina sobre el aire;
el más tonto entrecruza los brazos,
y el más valiente transita despacio,
corre sabiendo que hay otro lado
del otro lado de sol y
las plantas de los pies maduran
una sola vez por camino
Cielo abierto que no cierra jamás
la llave con sangre de las piernas
que pierden la virginidad cuantas veces
en un abrir y cerrar.
El demonio es menos sangriento
que su cola .
Ya se fue,
nos queda su cola larga y robusta
que destruye las casas y construye tumbas
Ahora es la “tumbalizacion” del otro lado del sol
La lluvia ácida destruye las semillas
que legan mis abuelos
En aquel tiempo la plantación creció con el sudor de los jóvenes
y floreció con orinas de los niños
Ahora nadie sabe a este agricultor
que siembra con fertilizante
marihuana y bala en la finca
Lo que se siembra es lo que se come
No es necesario ser profeta
si no se puede derrocar el futuro
No es necesario ser profeta
si no es socorrista
al otro lado del sol
no se profetiza
Al otro lado del sol
solo el poeta que no sufre desnutrición
la poesía matador de hambre
el único perecedero que nunca está podrido