Ligia Minaya
Denver, Colorado
Esa angustia, ese silencio, esa falta de energía, algo sin enfermedad, lleva a no querer la vida.
Es difícil entender lo que siente un deprimido de avanzada edad. Y no es motivada por la muerte de la madre, del esposo, de un hijo, ya que eso tiene sus razones. Hablemos de la que no se puede explicar que es lo pasa. Esa que nace con los años. En la que despertar de cada día se convierte en un momento amargo. No se quiere salir, conversar, leer, trabajar. No se tiene enfermedad, ni fiebre, ni dolores. Es algo que viene dentro. No en razón de los disgustos y otras tantas vivencias negativas. Es lo que se llama una depresión endógena, la que viene del interior.
"El sufrimiento del deprimido es terrible y no comparable con ninguna enfermedad." Ahí se borra la esperanza. No es correcto decirle a quien la padece: ¡Anímate, levanta el ánimo! Es tan improcedente como decirle al que tiene fiebre, "no seas tonto, deja a un lado ese calor. Así lo dice Antonio Vallejo-Nájera en su libro "Ante la Depresión". Dice que la vivencia depresiva es indefinible. Parece consistir en una mezcla de tristeza, amargura, angustia y desolación. Por lo cual no es correcto decirle al deprimido, "tienes que poner de tu parte". El autor habla de la depresión no-motivada, la que llega desde dentro y puede llevar al suicidio y, eso, la familia tiene que tenerlo en cuenta.
Este libro, según dice su autor, no lo leerá el deprimido, pero sí es importante para todos a su alrededor, para que sepan lo que deben y no deben hacer. Tener en cuenta también que ese tipo de depresión endógena lleva tormentos a quienes le rodean. Por eso el psiquiatra es importante también para la familia, para que sepa cómo comportarse. Hay algunos deprimidos que prefieren estar solos y otros a quienes les acongoja la soledad. Hay quien acude al médico general para decirle que sufre de insomnio, pérdida de apetito y no se percata, a veces ni el mismo médico, que detrás de aquella pantalla de síntomas corporales se esconde una depresión.
Desde la más remota antigüedad y en diferentes culturas existen descripciones del inexplicable fenómeno endógeno. En Grecia, Hipócrates vio a Demócrito, que se rodeaba de cadáveres en busca de bilis negra que le salvara de su melancolía, como si fuera a encontrar en eso un remedio. Naturalmente los médicos han cambiado para bien, pero las enfermedades endógenas parecen ser las mismas desde que se vive en el planeta. Lo importante para esto son los psiquiatras, y como dice Juan Antonio Vallejo-Nájera, la familia, ni los amigos deben pedir al deprimido que "ponga de su parte"
Si tiene una persona mayor, esa que se acuesta normal y aparece deprimido en la mañana, lea este libro. Yo lo he vuelto a leer porque he sabido de amigos y amigas que se van desbaratando, poco a poco, día a día, ante esa tristeza que les agobia. Esa angustia, ese silencio, esa falta de energía, algo sin enfermedad, lleva a no querer la vida. Observe también a los hijos y nietos adolescentes ¿Porqué se suicidan? Es una fase de la vida en la que alguna vez se sienten inadecuados por dentro y lo esconden detrás de una máscara de silencio.
DIARIOLIBRE.COM / SAUDADES|13 jul 2013,