Voy, y vengo amor
caminando mis nostalgias,
portando un abanico de sueños
que mece mis pestañas,
y airea ante mí
un diluvio de esperanzas.
Vierte sobre mí, colores
de primavera,
peinando mis añoranzas
esparciendo estrellas,
que en rizos de amor me acuna
con caricias sempiternas.
Fíjate, que soy en tus manos
como talla de bohemia,
figura de sal y agua
amor que te apremia,
ganando plaza en tu alma
sitiando tu resistencia.
Soy, acantilado de ilusiones
o frágil paloma blanca,
una farola que alumbra
el hueco de tu almohada,
la caricia que se amarra
siempre a tu existencia
Stella
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del poemario Espejo de Sal y Arena