Un viento jocoso besa mi espalda
Me empuja,
Me desnuda
Me recorre,
Me eleva
Y me obliga a volar como gaviota blanca
un reclamo lleva en sus alas
y en su pico aquella entrega
por los dos jurada
una noche de diciembre
en aquel banco de la plaza
donde abrazados
quitándonos el frío y
chorreándonos las lágrimas
por ese zarandeo del alma,
al descubrir el fuego de nuestras miradas
nos dimos aquel primer beso
con la farola apagada
nuestra huida hacia el prado
con la noche ya cerrada
y ese enredo nuestro
de besos hasta la alborada
con la pasión desbocada
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Poemario Sueños de agua