EN TU MIRADA




 Me quedé quieta en tu mirada

como manso río,


En tu vehemente pecho


como paloma. 


En tus brazos como alondra,


anhelando la caricia. 


En el pañuelo que guardo


escondido en los dobleces ...


que almacenan la esperanza 


quiero encontrar 


calidez en tu palabra


y esconderme tras tu piel


para no topar con tu silencio. 




Stella

Todos los derechos reservados 

Del poemario Fuego y Escarcha

POETAS DOMINICANOS DEL SIGLO XX


Abil Peralta Agüero

Todo un conjunto de acontecimientos y fenómenos de carácter socio-político y cultural, marcan las diversas etapas de desarrollo que alcanzo la literatura dominicana durante la centuria correspondiente al siglo XIX. Estas variables en la producción literaria de esa época se acentúan en el género de la poesía, debido a que era, y lo es aun, el género literario de mayor vigencia en la republica Dominicana.

PERIODO DE CONTRADICCION
El siglo XIX se define como un periodo de pura contradicción en las luchas políticas sociales que dan identidad nacional a la vida social dominicana., sobre todo si tomamos en cuenta que es en el siglo XIX cuando se producen los más importantes acontecimientos históricos que dieron origen a nuestra identidad política y cultural. En primer lugar, la proclamación de independencia en el año 1844, y, en segundo lugar, el de la restauración de la República, a mediados del referido siglo.

Dentro de este marco fenomenológico, la poesía dominicana del siglo XIX nace paralela a un conjunto de acontecimientos que, si bien es cierto, no admiten comparación categorial con el e la independencia y la restauración; per o es menso cierto que incidieron de manera notable en la formación filosófica, política y cultural de nuestros escritores, sobre todo en los poetas (elementos dominantes en la acción creadora de un arista).

DIVISION POLITCA CULTURAL
La vida política y cultural dominicana correspondiente al siglo XIX, puede dividirse en cinco etapas fundamentales:

a) Cesión de la parte oriental de la isla a Francia, consagrada en el Tratado de Basilea en 1809(principios de siglo).
b) La reconquista y el periodo de la “España Boba”.
c) Ocupación haitiana por parte de Boyer durante 22 años.
d) El periodo de la Independencia de 1844 y el despertar independentista.
e) La restauración.

VARIABILIDAD EN LA PRODUCCION POETICA
Como puede apreciarse, por las diversas etapas y acontecimientos históricos sucedidos en la vida dominicana de entonces, es deducible el porqué la producción poética de este  siglo no guarda una efectiva coherencia temática y conceptual, sin o que alcanza una gran variabilidad, desde el tratamiento costumbrista folklórico de Juan Antoni Alix, transitando por la poesía política, patriótica y militante de Félix María del Monte y Manuel Rodríguez Objio, hasta la poesía clásica y pura de Salomé Ureña de Henríquez.


LA ACTIVIDAD CREADORA
La actividad creadora del os escritores del siglo XIX puede definirse como “puramente heroica”, debido a que mayor parte de su producción literaria estuvo ausente del foco cultural que ofrecen los centro académicos. Por ejemplo, la Universidad de Santo Domingo fue cerrada por más de dos ocasiones, provocado la emigración de un gran número de nuestros escritores: este desborde emigratorio hacia el extranjero, se acentúa cuando España entrega la parte oriental de la isla a Francia, lo cual fue visto como una acción catastrófica, por la gran fe en el coloniaje español que existía entre la intelectualidad dominicana.

LA EMIGRACION DE ESCRITORES
La mayor cantidad de escritores emigró hacia cuba, puerto rico y Venezuela, países donde consideraban seguro el mantenimiento de su tranquilidad espiritual y propios para su formación y desarrollo intelectual. Entre estos sobresalen: Francisco Nuñez del Monte, natural de Santiago, emigro a Cuba; Esteban Pichardo y Tapia. También de Santiago, emigro a Cuba, donde desarrollo una valiosa labor intelectual, donde dio a conocer las obras” Fatalista”(novela), “Geografía de la isa de Cuba” y “Gran Carta Geográfica de Cuba”; José Antonio Bernal y Muñoz, catedrático de la Universidad de la Habana; Juan de Mata Tejeda, introductor de la litografía en Cuba y José Francisco Heredia, quien se trasladó a Caracas.

UNA GRAN FIGURA LITERARIA
LA figura literaria de más alto relieve entre os escritores que emigraron de la colonia, lo fue el historiador Antonio del Monte y tejada, quien hasta donde se tienen noticias, no cultivo el género de la poesía, porque consagró su intelecto a la investigación histórica. este importante escritor muere en La Habana, Cuba, y deja para la bibliografía dominicana la valiosa obra “ Historia de Santo Domingo desde el descubrimiento hasta nuestros días”, terminada en 1853.

El giro de los acontecimientos políticos, en este segundo periodo, se traduce en un florecimiento de nuestra cultura, por el apego político y cultural que existía hacia España. El retorno de la Colonia a España, luego de vencer a las fuerzas francesas, marca una nueva e importante etapa dentro del desarrollo cultural del país.

LA LITERATURA EN LA “ESPAÑA BOBA”
Durante este periodo es bien sabido que en la colonia se desarrollaba una etapa histórica, conocida como la”España Boba”, algo así como la “Española en Paz”, lo que favoreció notablemente a la cultura y al desarrollo intelectual dominicano, en lo cual incide la reapertura de la Universidad Santo Tomas de Aquino, a lo cual se suma el haber dado os primeros pasos para la fundación de los primeros periódicos que registra la historia del periodismo dominicano.

Evaluando los acontecimientos, se desprende la conclusión de que en este periodo se alcanza un importante “florecimiento cultural e intelectual”, que motiva el regreso de la mayoría de los escritores que habían emigrado huyéndole a la presencia francesa en la Colonia en 1809.

Es durante el periodo de la “España Boba”, y bajo la luz de la Universidad de Santo Tomás de Aquino que emergen figuras inmortales de las letras dominicanas, entre las cuales se pueden citar a ose Núñez de Cáceres, gestor e impulsor de la independencia Efímeras; José Gabriel Aybar, Bernardo Correa y Cidron, Juan Vicente Moscoso y Juan Ramírez Garrido.

Sobre los hombros de estos intelectuales estuvo la responsabilidad de formar a las mas jóvenes generaciones de escritores que se venían formando en torno a la apertura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

PERIODICOS
Es durante esta etapa cuando aparecen los primeros periódicos del país: “El telégrafo Constitucional de Santo Domingo”, aparecido el 5 de abril de 1821, bajo la dirección de Antonio María Pineda, y “El Duende”, bajo la dirección del doctor José Núñez de Cáceres. Estas publicaciones vienen a complementar el cuadro de apertura cultural que reino durante todo el  periodo de la “España Boba”.

En la etapa correspondiente a principios del siglo XIX, la poesía dominicana alcanza su máxima expresión con el Dr. José Núñez de Cáceres, quien se desarrolla como libertador, fabulista y poeta.

OCUPACION HAITIANA Y RETROCESO CULTURAL
Durante la ocupación haitiana por parte de Boyer, de 1822 a 1844, se produce en el país un oscuro retroceso cultural que provoco un espantoso estado de desorganización y barbarie que obligo a las más sobresalientes figuras literarias del país a emigrar de nuevo a playas extranjeras, tal y como sucedió durante la entrega de la parte oriental de la isla a Francia en 1801. Entre los escritores más destacados que se vieron obligados as emigrar por la presencia voyerista en la Colonia en la Colonia, figuran: José Núñez de Cáceres, hacia España, Felipe Dávila Fernández de Castro, hacia Puerto Rico; José María Rojas, hacia Venezuela, y Andrés López Medrano hacia Cuba, y junto a ellos, mas de una decena de escritores que se vieron precisados a abandonar su tierra por la presión y la inseguridad intelectual y física.

La presencia de Boyer en el país cerro todas las vías de acceso a la cultura, sobre todo cuando ordeno el cierre de todas las escuelas de la Colonia, con la finalidad de convertirlas en Institutos de estudios denominados “Colegios Nacionales”, teniendo como patrón docente y cultural los moldes de la educación y el idioma francés. A todo esto se suma de manera muy grave, el nuevo cierre de la Universidad de Santo Domingo en 1873 con sus estudiantes sometidos al servicio militar obligatorio. De igual modo, se hizo sentir la prohibición de las publicaciones impresas, complementando el cuadro de penetración cultural, con la imposición del idioma francés y la prohibición del español en las actas públicas.

POETAS QUE PERMANECIERON EN LA COLONIA
Los poetas que permanecieron en la colonia durante la presencia de Boyer se convirtieron en fieles servidores de la dictadura, desarrollando una poesía servil y sumisa a los intereses y propósitos del gobernante invasor. Una muestra la encontramos en los versos de Manuel Joaquín del Monte.

/Loor a nuestro presidente/
/a su civismo y su lealtad/
/pues con su espada y su talento/
/nos ha dado la libertad/

POEMAS DE SENSIBILIDAD HUMANA Y SOCIAL
El vacio cultural reinante en la Colonia no impidió que en los días del terremoto de 1842 aparecieran varios poemas que daban muestra de cierta sensibilidad humana y social, sobresaliendo entre sus realizadores, la poesía Ana de Osorio y los poetas José Román Hernández y Juan de Dios Correa y Cidrón, entre nosotros.

PALPITACIONES INDEPENDENTISTAS Y DESARROLLO CULTURAL
El desarrollo de la lucha clandestina por la independencia, impulsado por Juan Pablo Duarte junto a otros independentistas, quedo expreso cuando empezó a aparecer un conjunto de versos manuscritos, “versos satíricos y patrióticos, de discreta circulación clandestina”.

En estos versos, los jóvenes escritores incitaban la lucha por la libertad de la patria ty la independencia del dominio haitiano. Es de esta manera como estos poemas de “emergencia”, junto a la presentación de obras teatrales, empieza a encender la hoguera de la lucha planteada por Juan Pablo Duarte unto a sus compañeros trinitarios.

Después de haberse proclamado la Independencia en 1844, el país empieza a vivir un nuevo periodo político y cultural, en el lapso correspondiente de 1844 a 1861.

Es oportuno señalar, que no todos los escritores correspondientes al siglo XIX tocaron con su pluma el verso patriótico y revolucionario, muchos de ellos, y entre estos, la gran mayoría, realizo una poesía de carácter costumbrista, amorosa, cotidiana, filosofía y metafísica, sin embargo un valioso poeta como José Joaquim Pérez escribe a la patria con una gran fuerza poética y calidad literaria:

/… Y Europa, la vetusta madre estéril
que el vigor de otra savia necesita/
/Sin más fe en sus conquistas, caerá débil/
/Ante este nuevo Gladiador Venecia/
(fragmento).

En igual tono poético se expresa Salome Ureña de Henríquez, la más importante y sobresaliente figura de la poesía dominicana del siglo XIX, en su poema “Ruinas” (Ver no1 de LETRA GRANDE). 
 
/¡Patria desventurada ¿Qué anatema
cayó sobre tu frente?
/Levanta ya de tu indolencia extrema
y ¡ay si desmayas en la lid presente/
/La hora sonó de redención suprema/
/Pero vano temor: ya decidida
muy el futuro avanzas.
ya del sueño despiertas a la vida…/

No obstante la profundidad del contenido patriótico que observamos en los versos correspondientes a os poetas anteriormente indicados, es en los versos de los poetas Félix María del Monte y Manuel Rodríguez Objio donde la poesía patriótica alcanza su más alto dinamismo y combatividad. Sus poesías, además de patrióticas pueden ser definidas como militantes y abiertamente políticas.

DUARTE Y LAPOESIA
El patricio Juan Pablo Duarte no alcanzo niveles de producción poética sobresaliente, debido a su entrega total a la lucha por la libertad y la independencia de la Patria. Sin embargo, lo poco que se conoce de el en materia política, indica que de este haberse dedicado con entrega a la literatura hubiera alcanzado altos logros. Su poesía transito de manera muy tierna el mundo del amor y la filosofía: pero en lo que respecta a sus poemas políticos y patrióticos, logro alcanzar una suprema coherencia sintáctica y un enérgico contenido capaz de penetrar y hacerse sentir “en el corazón de cualquier ciudadano deseos de libertad”.
“Por la cruz, por la patria y su gloria
denodados al campo marchemos!
Si nos niega el laurel la victoria
del martirio la palma alcancemos!

POETAS EN LA RESTAURACION

En el marco histórico de la restauración de la republica encontramos a un grupo de poetas preocupados por la realización de una poesía verdadera, propia de ser considerada como las primeras manifestaciones de la poesía clásica dominicana. En ellos se hace notar su preocupación por la métrica y la rima y otros recursos estilísticos dominantes en la estructuración de la poesía de entonces.

A estos escritores, el escritor Manuel Mora serrano, en su libro “Curso de Literatura Dominicana y Latinoamericana”, los señala como “nuestros primeros poetas clásicos”, entre los cuales sobresalen: Salome Ureña de Henríquez, José Joaquín Pérez, Gasto Fernando Deligne y su hermano Rafael Deligne.

La preocupación por alcanzar un amplio desarrollo cultural y literario se puso en práctica con la fundación de las primeras organizaciones literarias y culturales del país, entre las que citaremos “ Amantes de la Luz”, aparecida en el año 1874 en la ciudad de Santiago de los Caballeros, dirigida por el profesor santiaguero Manuel de Jesús Peña y Reinoso y “La Republicana”, asociación literaria radicada en Santo domingo, donde asistían a encuentros literatos y culturales todos los escritores de Santo Domingo.

Además del grupo conocido como “los primeros clásicos”, alcanzaron notoriedad otros escritores, entre los que podríamos citar a mariano Soler Meriño, Francisco Javier Machado, Pablo Pumarol y Juan Isidro Ortega.

Como se puede claramente apreciar, la poesía dominicana del siglo XX se desarrollo bajo un marco de contradicciones políticas que de manera directa se constituyeron en fenómenos de influencia en el destino de la producción literaria de nuestros escritores, poetas, narradores y periodistas.

No obstante el profundo estado de contradicciones de tipo político y la gran crisis moral y económica, como producto de la constante variabilidad en la búsqueda de la identidad dominicana, tronchada por el coloniaje español y todo el conjunto de invasiones que se produjeron en la colonia, la poesía dominicana del siglo XIX paso a ocupar un lugar de importancia en la historia de la literatura dominicana.

Ese es el curso seguido por la poesía dominicana y sus poetas representantes durante la pasada centuria.

POSTDATA A JUAN ANTONIO ALIX
Juan Antonio Alix, poeta nacional, constituye la más sobresaliente figura de la poesía popular dominicana.

Su producción poética se aparta de los moldes estilísticos y temáticos de los demás poetas dominicanos que alcanzaron desarrollo en el siglo XIX, lo cual no indica que su producción no haya sido valiosa para la cultura dominicana sucedida desde aquellos tiempos hasta nuestros días.

Es oportuno señalar que mucho de los acontecimientos históricos que sirvieron como fuentes de creación al poeta Alix, él los vivió y los observo en su presente. Esto explica el por qué gran parte de sus decimas encarnan el momento político del país o describen satíricamente determinadas situaciones de personajes importantes dentro del clero y la política dominicana.
En el decimero de Juan Antonio Alix se presenta una situación comparable con la de varios otros escritores, cuyas obras nacen y crecen durante los años finales del siglo XIX, lo que por su edad le permite compartir con el momento histórico que empieza a desarrollarse en la nación dominicana durante los primeros años del siglo XX.


Letra Grande. Arte y Literatura 2da Edición. Año 1- No 2. 1980. Editorama SA. Santo Domingo, República Dominicana

COSAS QUE NO ENTIENDO


Ligia Minaya
Denver, Colorado

No entiendo a la gente que no ofrece disculpas cuando ofenden o faltan el respeto a otra persona. Ni al que acurruca el odio. Ni al que no se solidariza con la tragedia. Ni al que se burla del discapacitado, de un anciano desvalido que anda por la calle pidiendo unos centavos. No entiendo al que en lugar de manos tiene garras. Ni al que dice no tener amigos, ni ama a su familia, a quien no tiene sueños, ni utopía. Tampoco entiendo a quien no le gusta disfrutar del silencio. Ni a los racistas. Ni a quien no se pone a la altura de un niño. Ni al que vive al acecho de un vecino, ni a ese que duda de todo y de todos.

No entiendo al que maltrata al pobre y se pone de rodillas ante un rico. Ni al que no le indigna la injusticia, ni la violencia familiar contra niños, ancianos y mujeres. Ni al que odia y se ríe de los homosexuales. Ni al que es incapaz de dar y sin embargo lo desea todo. No entiendo a la familia que no educa con moral a sus hijos, ni le dice lo que deben o no deben hacer, y quizás por eso se hacen sicarios, ladrones, atracadores y asesinos. No entiendo a la mujer que por celos asesina a otra, le tira ácido del diablo, la golpea y hasta lo hace contra su marido. Ni a las que no tienen fe en sí mismas y viven sin esperanzas ante cualquier golpe que le dé la vida. Tampoco entiendo a la que llorar le parece una gran debilidad y ríe pase lo que pase, sin tomar en cuenta que las lágrimas alivian el alma y confortan el espíritu.

No entiendo a quien no respeta la Madre Naturaleza y quiere estrujar la Loma de Miranda. Ni al que no le gusta disfrutar del amanecer de un nuevo día. A la que no siembra porque cree que será otra quien coseche lo sembrado. Ni a la que no guarda silencio para escuchar los mensajes que traen las aguas de un río y el cantar de las aves, el movimiento acompasado de las ramas de un árbol, el abrir de los pétalos de las flores que sonríen y cantan. Ni a las personas que no disfrutan de las noches de luna, de los días de sol, de las tardes serenas.

Tampoco entiendo a quien no le gustan los libros, ni leer un poema. Ni caminar por la arena del mar, ni disfrutar de las montañas, los valles y los campos. Ni entiendo muchas de las cosas que están pasando en este tiempo. Es posible que sucedieran siempre, que no las conociéramos, que no supimos de ellas, y ahora con el Internet, los teléfonos móviles, las tabletas, y otras tantas modernidades que cambian a cada rato y con tan solo unos días, y en segundos sabemos lo que pasa en cualquier lugar del mundo. Aun así, no entiendo, pase donde pase, que se haga lo que no se debe hacer. Por eso no entiendo a muchas cosas y, muchas veces, ni yo misma me entiendo.

Siempre creí que al pasar el tiempo, las leyes, los gobiernos, la manera de interpretar lo antes leído y escuchado, la vida cambiaría a lo mejor. Pero no ha sido así. Ahora hay más cosas de qué agarrarse para vivir mejor, pero por desgracia, las ciudades, los pueblos, muchas de las gentes, no han cambiado y actúan con lo peor de lo peor.


www.diariolibre.com. Saudades / 11 ene 2014.

HE AQUI NOSOTROS TAMBIEN CONTAMOS / Ramón Aníbal Mesa





“El viaje más largo es el que no se realiza, El que se pierde dentro de uno mismo”. 
Aníbal Montaño.


Lo que usted tiene en sus manos es el resultado de más de cuatro años de ardua labor tallerística desarrollada por Ramón Mesa e Ysabel Florentino en la provincia de San Cristóbal, Republica Dominicana. No se trata de obras creadas por autores que escriben o producen de manera aislada. Se trata de un seguimiento continuo en el desarrollo de los procesos creativos de cada tallerista, de manera colectiva.


Todos nacemos con el don o el talento para expresarnos de modo artístico, pero es necesario, en el caso de la literatura, como en otros, horas enteras de trabajo don de se lee en voz alta, se critica o se comenta; se hacen sugerencias, se corrige, se rompe y se reescribe el texto. La idea de que el escritor se hace en soledad es cada vez más obsoleto, pues la creación colectiva en la actualidad es el método más recurrente por miles de escritores en todo el mundo.




La narrativa constituye un eslabón funda  en tal apara el desarrollo cultural e intelectual de nuestros jóvenes. Pocos talleres literarios a nivel nacional asumen su narrativa con tanto ahínco y rigurosidad, y bien es sabido que escribir cuentos es enfrentarse a una de las tareas más arduas dentro de la creación literaria. Contar es un vero mágico, y nuestros talleres literarios se disfruta con dedicación y entusiasmo.


“Nosotros” es un pronombre de fe en la ceración y en lo creado. Nosotros también contamos y contamos a partir de nuestra realidad, que es el papel fundamental de los escritores jóvenes y de todo escritor. Retratar la sociedad en al que viven. Ya no “había una vez”, ahora hay muchas veces y muchas voces contando desde una óptica critica y estética. “Nosotros también contamos” con fuerza y desenfado, sin prejuicios ni tabúes moralistas o esteticistas.



No contamos cuentos para dormir después de cena, contamos, experiencias propias o ajenas, pero reales, de un modo  crítico, creativo e incluso novedoso.




En la Fundación Literaria Anibal Montaño, contamos con el proyecto de formación  y difusión de la lectura y la escritura más exitoso que haya ten dio nuestro natal san Cristóbal en todos los tiempos, cuyos textos se recogen en las antologías: “Contraolvido” (Narrativa,2044-2007); ”Contraolvi-2” (poesía 2044-2008), y “Nosotros también contamos” (narrativa 2004-2008); así como la Colección Entre amigos 2007 y 2008; todas realizadas a partir de nuestros talleres impartidos en San Cristóbal, los cuales constituyen modelos ejemplares del tallerismo nacional de las últimas décadas; creando así dinamismo en la cultural de nuestro pueblo de relevancia nacional, y que ya muchos catalogan con visos de “movimiento” que demuestra que Nosotros También Contamos.

DUARTE SUEÑA y Otros Poemas a la Patria



Ysabel Florentino/Ramón Aníbal Mesa.

Duarte sueña y otros poemas a la patria es la segunda propuesta sobre poesía patriótica que hemos desarrollado en los talleres de escritura creativa de la Fundación Aníbal Montaño, FLAM. Esta propuesta también incluye poemas de la anterior antología titulada. “ Mi barrio en letras en 100 Poemas a la Patria, basada en la lectura, socialización y re-creación de cuatro textos fundamentales de la Poesía social Dominicana, a decir: “ Hay un país en el mundo “ de Pedro Mir; “Canto triste a la patria bien amada” de Héctor Inchaustegui Cabral; “Paisaje con merengue al fondo” de Franklin Mieses Burgos; y “Balada para la Patria Inocente” Rafael Valera Benítez; además de la canción “Ojala que llueva café” de Juan Luis Guerra, así como varios artículos de la Constitución Dominicana y los derechos de la niñez.

En esta ocasión hemos explorado la vida, la obra y el pensamiento del patricio Juan Pablo Duarte. La encomiable labor de socialización y empoderamiento de los valores patrios e identitarios a través de la poesía en niños, pero de manera más intensa durante las celebraciones del Bicentenario de Juan Pablo Duarte, (1813-2013) conscientes de que “Sin lectura no hay educación” como reza nuestro lema institucional.



La idea de los 100 poemas a la Patria fue concebida a partir de una solicitud de lectura que nos hiciera el Comité Gestor del Museo a la constitución en San Cristóbal, lo que nos comprometió a completar una labor creativa que habíamos iniciado en el 2009 específicamente con el poema Hay un país en el mundo el cual socializamos desde la perspectiva a de nuestros barrios como “Hay un barrio en el mundo”.

Como hemos dicho en otras ocasiones, muchos han llegado a pensar que la Patria como discurso poético es algo “pasado de moda”. Nosotros, entendemos que lo que ha pasado de moda es la forma de hacer poesía social. Y ya sabemos que no se ejerce el pensamiento critico solo a través del ensayo, el cuento o la novela; puesto que la poesía refleja- además de un importante ejercicio del pensamiento mediante la construcción y desconstrucción  del lenguaje y sus conceptos- el sentimiento más intimo de quien la expresa.

Hemos seleccionado poemas de 50 niñas y niños desde los 7 años de edad, todos correspondientes a los proyectos Mi barrio en Letras y a la promoción 101  Niños poetas de San Cristóbal, titulares de una “Nueva literatura infantil dominicana” que la FLAM ha impulsado desde su visión transformadora de la literatura, por lo que recientemente le fue otorgado el Premio Brugal Cree en su gente 2013, renglón Arte y Cultura “por contribuir al desarrollo y difusión del patrimonio cultural de nuestro país”.

HABITANTES DEL NIGUA O LA POETICA DEL BARRIO


JUSTIFICACION

Ramón Aníbal Mesa.

“El poema es una escalera por donde se llega hasta mi” Aníbal Montaño.

Toda antología suele introducirse con una perorata justificatoria sobre los textos o los autores antologados, a lo cual ni me interesa acceder. Sin embargo, quiero sintetizarme al menos, en cuanto al principal objetivo de lo que considero, un proyecto particular.

El principal objetivo de habitantes del Nigua, es mostrar nuestra propuesta poética. Y el criterio principal para la selección ha suido, que los poetas seleccionados, sean poetas con tradición poética (tomando en cuenta sus cortas edades) y con trayectoria dentro de la fundación literaria Aníbal Montaño; y que, de algún modo, escriben con ciertos parámetros estéticos y creativos similares. Este es el caso de Dariahanna Mesa, David Alexander Sena, Andy Heredia, Alexis Aybar, Marilyn Rodríguez, Karen Rosario, Marlex Indhira  Rodríguez, Marqueliz Valdez, Ysabel Florentino, Jesús Cordero y Ramón Aníbal Mesa.

Pero, ¿Quiénes somos estos Habitantes del Nigua? Los habitantes del Nigua somos lo que vivimos a orillas del rio, los que habitamos el barrio, los que nos refugiamos en cada aguacero, los que jugamos a la plaquita o a la vitilla; los que nos transportarnos en motoconcho para ir a la escuela, al trabajo, a la iglesia, a la fiesta o al mercado; los que comemos fritura en la avenida o en cualquier esquina y bailamos bachata. Es decir, ciudadanos comunes y corrientes que vivimos y padecemos un Caos progresivo que llama ciudad de San Cristóbal.

Un día los Habitantes del Nigua abandonamos el conuco y las gallinas en algún campo de la región Sur para venir a habitar a orillas de este rio, cuya agónica muerte es una metáfora de nuestra condición social. Esa es nuestra histórica leyenda, nuestra histórica tragedia, vivir en el margen (y al margen) de un rio que agoniza ante nuestra indiferencia de jobees presurosos por asir un futuro que se nos resbala entre los dedos.


Pero estos Habitantes del Nigua no sólo tenemos en común una misma condición social; sino también, el gusto por la poesía. Y nos congregaos alrededor de ella como diría Montaño, como un bálsamo. La poesía nos convoca en los patios, en las aceras, en los parques, en las emisoras, en los colmadones y los callejones del barrio. La poesía nos convoca y nos unifica. La poesía es el común denominador que nos hace asumir la sociedad y al mundo con ojos distintos disfrutarlo, porque como dice Jesús Cordero, premio Nacional de Poesía Joven 2010: “No hay universo si mi barrio no existe”.



POESIA COLMADON
Tan sublime como el soplo de un beso

Dio-genes Abreu

Todo poema es un acto sociológico del sujeto. No importa la condición social de ese sujeto, su poema siempre será una expresión política y cultural de su cosmovisión matizada por sus circunstancias espirituales y materiales. Eso no quiere decir que la poética y el poema del sujeto quedan irremediablemente confinadas al sujeto y su entorno. O. pero si que, a partir de se entorno, quedan la poética y el poema pronunciados como interpretación y/o acción de cambio de las circunstancias.

De lo contrario.la palabra no fuera más que elocuencia lingüística fofa y hueca, sin un afinque en la historicidad del sujeto. Se volverá mascara idiomática el poema, condenado al simple registro de la incapacidad de la palabra para se poesía sin al poética del sujeto que la pronuncia.

Ese no es el caso de la antología HABITANTES DEL NIGUA. Pues en ella, tal como nos dice el mismo subtitulo, encontramos una poética del barrio hecha por sujetos conscientes de sus circunstancias sociales y prestos a lidiar con ellas, con y desde la palabra. Cada pronunciación del poema trae consigo un fardo de situaciones dadas por la riquísima experiencia (a veces no necesariamente placentera) de vivir en el barrio, sobre todo cuando la geografía material del mismo ya no cabe en la cartografía literaria del poeta.

Entonces se produce una especie de urticaria lingüística donde el poema se retuerce en el espacio sígnico del discurso, reinterpretando memorias y definiendo futuros para unas ansiedades que denotan a un sujeto insatisfecho von su entrono, tal como nos dice Marilyn Rodríguez en su poema “Al otro lado”:
Al otro lado del rio esta el barrio
al otro lado del lago negro
esta la sangre roja
de piel quemada por las nubes
por  leyes rotas
por niños vivos sin esperanza de morir”.



O como lo grita a voces sarcásticamente Andy Heredia en su poema “Para qué crear un universo”:
“Y para qué llorar si una nube ocupa su espacio
para que llorar si el romo viene gratis
Para que decir que somos libres
si pago Itebis para estudiar
para que decir que soy inmortal
si sólo soy un títere de mi propio mundo
para que crear un universo si allí no estaré”.

Ese barrio, a pesar del “E´ palante que vamos” quedará eternamente impregnado en el poema que le da la voz para sacarlo del anonimato y dejarnos saber en qué piensa un niño cuando lo hiere la imposibilidad de soñar más allá del dolor. Así nos lo pronuncia Alexy Aybar Pinales en “De vuelta al barrio”.
“Todavía siento el dolor que produce una herida (…) En el barrio no hay mariposas ni amaneceres para regresar al trabajo. No he podido llegar a ustedes, me he quedado sentado en el cementerio de mi infancia.
Un cementerio de lo posible, lo que anhelamos seria el porvenir después de todos los esfuerzos por hacer  del barrio mas que un ramalazo de polvo y soledad. pero cuando creemos haber edificado posibilidades, en el poema queda calcada la realidad d un barrio pateado por os años, como lo reporta Keren Rosario en “Morí en tus ojos”:
“El viento golpea mi cara
al salir a estas calles muertas.
rostros.
suspiros.
rutinas.”

La rutina del dolor personal por la ausencia del otro, pero también la rutina del diarista que sale en busca de alguna señal de que todo el dolor no ha sido e v ano. Mas, al final de un censo vivencial del barrio, le parece que todo lo que fue su memoria colectiva ha cambiado para lo peor., tal como nos confiesa David Alean der Sena en “Domingo de espera”:

“… camino como quien lega de la guerra y se asombra de que ya no es su ciudad, ni esta gente, ni el es el, es otro que cree que la gente ha cambiado (…) Yo que miro el montón de gente agruparse y me parece está soñando porque todo es tan lento, tan advertido, inquebrantable, tan inerte.”

Pero todo barrio es un poema en espera, las palabras disgregadas deseando ser discurso. Quien se detenga un poco a esperar los fantasmas que hacen del pueblo “un barrio perdido entre ladrones/y un arroz que se quema”, podrá entonces tener acceso a los secretos del barrio desvelados por Max Indhira Rodríguez en “Podrido en mi universo”:

“Hay algo en este pueblo que camina
sin pausa
carcomiendo sus ruinas
una ignorancia borracha
un yo”.

Porque todo Yo está irremediablemente atado a su hábitat y ni el poema mismo podrá desatarlo de la geografía que lo pare como sujeto, tal lo deja dicho Marquelis Valdez en “Las almendras de la Avenida Constitución”:
“Este ambiente es paupérrimo. Me canso de ver estas raíces solo tienen tierra, tierra que duele, duele hasta el orgasmo, almendras que saben de mi”.
Ante el dolor y el desamparo colectivo, el individuo siente miedo a la soledad y lo que podría traerle el pasado más allá de la anatomía lingüística del poema y su discurso literario. Porque todos tenemos un pasado incomunicado a nuestros temores del presente, como nos confiesa Ysabel Florentino Romero en “de espalda a la lluvia”:

“… abuela no me sueltes aquí, porque puedo despertar adulta y no comprender mi pasado”.
La comprensión del pasado es fundamental para saber quiénes somos y para darle sentido cognitivo al presente de nuestra materialidad sociocultural y política. Un pasado que parece ser eternamente continúo y hasta convertido en sangre malograda que nos inyecta la muerte. Jesús Cordero, en su poema “Cinco”, nos desnuda el pasado como sigue:

“Por las venas de Welinton no corre sangre
corre el gobierno de turno
y eso es lo que mata
lo que nos llena de nombres
putas
y domingos como este
en los que se nos viene encima el colmadón
con treinta de clerén
con todos sus borrachos.”



El barrio es un colmadón, el poema es un colmadón, el pasado es un colmadón, el presente es un colmadón, un colmadón donde “La historia es un retrato/que las ratas orinan/por las noches”. Un colmadón donde los fantasmas del pasado siguen vivos en los discursos del poder y sus viáticos enyipetados. Un colmadón donde el barrio se piensa y se despiensa sin lograr acabar definitivamente con el mito de sus desgracias, como lo articula Ramón Mesa en “Trujillo ha muerto”:

“Pero los fantasmas
no mueren
son los eternos protagonistas
del miedo.”

Y “como las hojas no hablan” (aun las de los almendros de la Avenida Constitución), en San Cristóbal, tal como lo expresa la niña Darihanna Mesa Florentino en “El tiempo se nos va”:

“El tiempo se nos va
detrás de una vida nueva
buscando dueño
para vivir una vida eterna (…)
Sigue mis pasos por las hojas caídas
hasta llegar a la meta
y sabrás quien soy.”

Yo no se ustedes, pero yo quiero seguirle los pasos a esa poeta y llegar con ella hasta el  barrio donde a estos jóvenes sancristobalenses les nace “el gusto por la poesía” del que habla Mesa. Pues todo poema es historias y yo deseo ser profundamente parte de esta historia, como dominicano y como poeta sumergido en otro barrio, en otro colmadón: Washington Heights, New York.