Marcial Báez
En la caminata vivencial de mi existencia, en el ser para no estar y el estar para ser y en el encontrarme a mí mismo, he ido gastando al tiempo sobre altos y bajos, conociendo el entorno y a las personas que me fueron moldeando, familiares, profesores(as), amigos (as), admiradores (as) que en definitiva forman parte de nuestro mundo que es su mundo; sin olvidar el medio, la gente de mi pueblo y de mi país. No pensé escribir este compartir con ustedes, pero luego sentí la necesidad de expresarlo con la palabra y que lo testimonial escrito tendría algún valor para los futuros lectores, si lo plasmaba para ser leído más despacio, más en la intimidad, desnudando estas sensaciones que motivaron la respuesta de lo que soy a través del valor que pudiéramos representar.
¿Para saber quien es el ser humano y el artista, la respuesta estará en la distribución de los elementos en la tela, el equilibrio entre la luz y el color, la textura o lo experimental de la creatividad? ¿Unir hombre y arte? ¿Vocación y servicio a los demás? ¿Modesto o inmodesto?
Una persona muy allegada aplaudió esta decisión, cuando me decía que yo tenía el material suficiente para realizar una obra biográfica, que le permitiría a los demás desenredar la madeja de lo real y de lo onírico en este lapsus en que el ser humano llega a la mitad de un ciclo, muy particularmente vivido, definiendo las influencias recibidas de lo pictórico y literario, y la verdad es que, esta muestra testimonial le dará la razón.
Alguna vez en la efervescencia de una dolencia física me sorprendió el pensamiento con una respuesta a la vida determinando lo siguiente: Me defino como la respuesta positiva a la naturaleza andante en multiplicidad de sentimientos, filtrados en la trayectoria de trazos a través de las expresiones humanas.
Aunque no elegimos ni el lugar en el cual queremos pasar nuestros mejores días, ni a las personas que compartirán con nosotros este trayecto, el acercamiento a mi Dios me ha permitido reconocer que soy un ser humano privilegiado. Desde pequeño tuve la oportunidad de libar los conocimientos básicos de la educación, tanto la que se inicia en el hogar, como la que recibimos en la escuela y el recuerdo de la abuela materna leyendo la Biblia todos los días, ensimismada en la espiritualidad del mensaje de Nuestro Señor, contribuirían a erigir la zapata del ser humano pensante en el desarrollo de una personalidad, que desde muy pequeño fue abrigando las ideas sobre la base del entendimiento de la verdad, la humildad, la justicia, la superación, la vocación de servicio, el cariño, la amistad, el talento y la división de las clases sociales en una época, en que el poder para los niños era representado por una figura casi mítica, "un dios del olimpo" que rayaba en la veneración, colgado en casi todas los hogares del país, sobre todo en los más acaudalados, alucinándonos con la frase... EN ESTA CASA TRUJILLO ES EL JEFE.
El amor por la naturaleza y las estampas costumbristas tienen su razón de ser, porque cuando vine a este mundo mi abuelo materno era colono azucarero, una especie de caudillo en la zona, el más acaudalado. Por lo tanto este contacto lo vivía en mis vacaciones anuales al campo, donde tenía una labor que desempeñar... obtener el total de los vales de los picadores en una máquina sumadora... que para mi tamaño y edad me la encontraba grandísima y tenía que hacer un gran esfuerzo para bajar la palanquita que movía el papel; pero mi espíritu interior se ensanchaba pues sentía que desempeñaba una labor, un compromiso, estaba aprendiendo... a trabajar. Una actitud que apliqué a mi pasión : LA PINTURA, la tengo como norte hasta el día de hoy... trabaja lo que sabes en todo momento con amor y entusiasmo, porque el resultado será positivo y tus ideas, y tu espíritu se desarrollarán tanto, que querrás adueñarte del mundo. Nace el artista y con el la necesidad de sentirse, sobre todo, valorado... Es la máxima del saber hecha realidad en la transformación de la naturaleza con tu arte o con lo que tu talento vaya creando, lo que despertará la continuidad de ser para los demás.
Recuerdo que en el Kindergaden los cuadernos se fueron llenando de figuritas en las horas de clases, como los aborígenes en sus intentos por abstraer todo lo que se le hacia difícil mediante sus pictografías y petroglifos...en fin, llegaron los primeros conocimientos del arte, el dibujo y la pintura de la mano de PEDRO DE LOS SANTOS en el liceo Musical Pablo Claudio...