Despertó la gacela
y asoma al acecho la gata en celo
Rugen en vendaval los sentimientos
y comienza el ciclo del cortejo
La araña tejedora
va trenzando y manejando un telar de misterios
en el se pierde la cordura
mientras se fabrican sueños
Hay polvo de estrellas
exquisitez en la yema de los dedos
al acariciar la piel amada
con lujuria y desenfreno
Y cuelga con picardía
un cartel a la puerta que dice…
“no se admiten consejos”
Del poemario Desnuda de tiempo
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